martes, 29 de septiembre de 2015

CAPÍTULO 6: Pido perdón

2001.

-Malú, qué te pasa?

-Vete de mi casa.

-Cómo? Pero… oye… - se acerca a mí – qué ocurre?

-He dicho que te vayas de mi casa – digo seria mirándole con rabia – y si cuentas algo de esto o te veo en alguna revista, te juro que…

-Espera, espera… - alza las manos contrariado – venga ya, en serio piensas que soy esa clase de persona? Nos conocemos desde pequeños y…

-Cállate y lárgate de mi casa! No quiero volver a verte! – le empujo hacia la puerta –

-Pero… Malú… - me mira con una mezcla de incredulidad y tristeza –

-Eres como todo el mundo… - digo convencida – vete

-Malú… - intenta acercarse a mí –

-Vete o llamo a la policía! – grito desesperada –

Su mirada se clava en mi cabeza. Agacha la cabeza abatido, cogiendo su chaqueta lentamente, sin dejar de mirarme de reojo. Abre la puerta, quedándose parado, sin moverse, hasta que vuelve a hablar.

-Malú, si he dicho algo que…

-Fuera de mi casa! – grito sin dejarle seguir –

Escucho su suspiro de frustración y, seguidamente, la puerta cerrarse. De nuevo sola. Y no sé exactamente qué es lo que me ha pasado para comportarme así, solo se que lo único que quería era que se fuera. Y ahora lo único que quiero es que vuelva.


2010.


-Malú!

El grito de mi hermano me devuelve a la realidad. ¿Por qué cojones me he acordado ahora de eso? Le miro contrariada y él me mira interrogante. Cuántos años hacía que no recordaba aquel día? Creo que lo borré de mi cabeza para intentar olvidar lo imbécil que podía llegar a ser cuando me lo proponía.

-Me vas a contar qué es lo que te pasa? – me pregunta con tono cabreado –

-Por vigésimo tercera vez – exagero – no me pasa nada… - resoplo –

-Ya… por eso te vuelves a encontrar a tu mejor amigo de la infancia tras 12 años sin veros y ni siquiera le diriges la palabra… - contesta irónico – todo muy normal.

-Estaba preocupada por Danka – digo excusándome – qué querías que hiciera? Que me fuese de copas con él?

-A mamá no le puedes mentir, pero a mí menos… - sentencia – algo te ha pasado con Álex que no me has contado… - le miro fugazmente – os habéis visto después verdad?

-No digas tonterías… - me levanto del sofá – además, por qué tengo que reaccionar como una niña pequeña? – intento convencerme – ya somos mayores, está muy bien, es Álex, estupendo, dos besos y hasta pronto – conforme hablo, me voy dando cuenta de lo absurdo de mi argumento –

-Tú no eres así… - contesta convencido – no eres de las que no le da importancia a cosas como ésta… así que no me cuentes historias… - resoplo – me lo vas a contar?

-Que no hay nada que contar Jose… déjame en paz! – grito desesperada –

-Estupendo, ha vuelto la Malú de antes… la que no cuenta nada – se levanta del sofá – la que se lo guarda todo – coge su chaqueta – la que hace que los que están alrededor no sepan qué cojones hacer para que se sienta mejor… - le miro sintiéndome culpable – cuando vuelva la Malú de verdad me avisas… - dice saliendo del salón –

-Dios… - suspiro agotada – espera Jose… - resoplo – vale, está bien… sí, nos hemos visto después del instituto…

-Soy todo oídos… - vuelve a entrar en el salón como si nada, haciendo que ponga los ojos en blanco… siempre consigue chantajearme –

-No es nada… es solo que… nos vimos en una discoteca hace unos años… - intento restarle importancia –

-Cuántos? Porque parece que no le has reconocido al verle…

-Estaba nerviosa por lo de Danka… - vuelvo a excusarme – hará unos… 8 o 9 años…

-Y qué paso para que ahora lo veas y no le digas ni hola?

-Pues… - suspiro – le eché de casa…

-No estábais en una discoteca? – pregunta extrañado –

-Joder Jose… vinimos a mi casa después de la discoteca… - me siento en el sofá – hay que explicártelo todo…

-No, todo no… - pone cara de asco – no quiero saber lo que hace mi hermana cuando liga…

-Dios… - me quejo –

-Os acostasteis?

-No – contesto rápidamente – solo nos… enrollamos… - frunzo el ceño al darme cuenta de lo absurdo de la frase a mi edad –

-Joder… - comienza a reírse – hacía años que no escuchaba la palabra “enrollarse”.

-No sé por qué te cuento nada… - intento levantarme del sofá, pero Jose me lo impide –

-Es broma hermanita… perdón… - no quiero mirarle – oye… - se queda pensativo – eh, no me jodas… se intento propasar contigo?

-Qué? – pongo cara de sorpresa – propasar? Esa palabra si que hace años que no la escucho… - me río sin querer – claro que no Jose… sabes que Álex no es de esos…

-Entonces? Por qué le echaste? – sigue extrañado –

-Pues… - intento encontrar la explicación razonable a todo eso, pero por más que busco, es imposible – creo que me asusté… que… empecé a pensar que era como todos, que iba a intentar aprovecharse de… de la situación…

-Y le echaste porque desconfiaste de él… - asiento sintiéndome gilipollas – desconfiaste de tu mejor amigo desde los 4 años… - alza las cejas – joder Malú…

-Que ya lo sé!! Que fue una estupidez y me porté muy mal con él… y por eso…

-Y por eso hoy estabas avergonzada… - termina la frase y bajo la cabeza seria – no hablaste después con él?

-No

-Nunca más? – pregunta extrañado –

-Nunca más… hasta hoy…

-Nunca dejarás de sorprenderme…

-No me eches la bronca vale? Sé que estuvo mal y… - gruño de rabia – sabes que por esos años yo era la desconfianza andante…

-Y la inseguridad, y la timidez… y la…

-No hace falta que te cebes vale? – alza los brazos en señal de disculpa –

-Solo eras rarita hermana… pero has ido mejorando… ya casi eres como una persona…

-Idiota… - me saca la lengua –

-Bueno y qué vas a hacer?

-Qué voy a hacer de qué? – Le miro extrañada –

-Como que de qué? Tendrás que hablar con él, digo yo…

-Qué? – abro los ojos de par en par – que va, que va… me muero de la vergüenza… mejor dejarlo como está y ya…

-Eres la madurez en persona… - pongo los ojos en blanco – pero cómo vas a dejarlo todo así? Érais amigos…

-Dios, qué dramón… - digo irónica – con la de veces que hemos jugado juntos al pilla pilla…

-Malú… - me mira serio – recuerdo perfectamente cómo os llevabais Álex y tú… y recuerdo perfectamente cómo lloraste cuando dejaste el instituto… y lloraste porque te separabas de tu mejor amigo… - bajo la cabeza – así que no me vengas con que Álex no era importante, porque sí lo era… y mucho…

-Que ya lo sé…

-No, que ya lo sé no… - se pone todavía más serio – creo recordar que dijiste que ibas a cuidarte… y a cuidar a las personas de tu alrededor… y dejarte de tanta obsesión con el trabajo y todo lo que le rodea… - suspiro resignada – es una oportunidad de oro para arreglar algo que se estropeó cuando no eras una persona normal…

-Jose, me animas tanto diciéndome que era subnormal…


-Ah, que no lo eras? Pues lo disimulabas muy bien alejándote de la gente que te quería… - dice irónico – ahora en serio, mamá se ha apuntado el teléfono… - me apunta con el dedo – y he visto que tú no, así que mañana mismo se lo pides, le llamas, te disculpas o se lo explicas, o lo que quieras hacer, y solucionas esto… - me mira serio – recuerda que, encima, ha salvado a Danka… se lo debes…

No hay comentarios:

Publicar un comentario