2001.
-Malú, qué te pasa?
-Vete de mi casa.
-Cómo? Pero… oye… -
se acerca a mí – qué ocurre?
-He dicho que te
vayas de mi casa – digo seria mirándole con rabia – y si cuentas algo de esto o
te veo en alguna revista, te juro que…
-Espera, espera… -
alza las manos contrariado – venga ya, en serio piensas que soy esa clase de
persona? Nos conocemos desde pequeños y…
-Cállate y lárgate
de mi casa! No quiero volver a verte! – le empujo hacia la puerta –
-Pero… Malú… - me
mira con una mezcla de incredulidad y tristeza –
-Eres como todo el
mundo… - digo convencida – vete
-Malú… - intenta
acercarse a mí –
-Vete o llamo a la
policía! – grito desesperada –
Su mirada se clava
en mi cabeza. Agacha la cabeza abatido, cogiendo su chaqueta lentamente, sin
dejar de mirarme de reojo. Abre la puerta, quedándose parado, sin moverse,
hasta que vuelve a hablar.
-Malú, si he dicho
algo que…
-Fuera de mi casa! –
grito sin dejarle seguir –
Escucho su suspiro
de frustración y, seguidamente, la puerta cerrarse. De nuevo sola. Y no sé
exactamente qué es lo que me ha pasado para comportarme así, solo se que lo
único que quería era que se fuera. Y ahora lo único que quiero es que vuelva.
2010.
-Malú!
El grito de mi
hermano me devuelve a la realidad. ¿Por qué cojones me he acordado ahora de eso? Le miro contrariada y él me mira
interrogante. Cuántos años hacía que no recordaba aquel día? Creo que lo borré
de mi cabeza para intentar olvidar lo imbécil que podía llegar a ser cuando me
lo proponía.
-Me vas a contar qué
es lo que te pasa? – me pregunta con tono cabreado –
-Por vigésimo
tercera vez – exagero – no me pasa nada… - resoplo –
-Ya… por eso te
vuelves a encontrar a tu mejor amigo de la infancia tras 12 años sin veros y ni
siquiera le diriges la palabra… - contesta irónico – todo muy normal.
-Estaba preocupada
por Danka – digo excusándome – qué querías que hiciera? Que me fuese de copas
con él?
-A mamá no le puedes
mentir, pero a mí menos… - sentencia – algo te ha pasado con Álex que no me has
contado… - le miro fugazmente – os habéis visto después verdad?
-No digas tonterías…
- me levanto del sofá – además, por qué tengo que reaccionar como una niña
pequeña? – intento convencerme – ya somos mayores, está muy bien, es Álex,
estupendo, dos besos y hasta pronto – conforme hablo, me voy dando cuenta de lo
absurdo de mi argumento –
-Tú no eres así… -
contesta convencido – no eres de las que no le da importancia a cosas como ésta…
así que no me cuentes historias… - resoplo – me lo vas a contar?
-Que no hay nada que
contar Jose… déjame en paz! – grito desesperada –
-Estupendo, ha
vuelto la Malú de antes… la que no cuenta nada – se levanta del sofá – la que
se lo guarda todo – coge su chaqueta – la que hace que los que están alrededor
no sepan qué cojones hacer para que se sienta mejor… - le miro sintiéndome
culpable – cuando vuelva la Malú de verdad me avisas… - dice saliendo del salón
–
-Dios… - suspiro
agotada – espera Jose… - resoplo – vale, está bien… sí, nos hemos visto después
del instituto…
-Soy todo oídos… -
vuelve a entrar en el salón como si nada, haciendo que ponga los ojos en
blanco… siempre consigue chantajearme –
-No es nada… es solo
que… nos vimos en una discoteca hace unos años… - intento restarle importancia
–
-Cuántos? Porque
parece que no le has reconocido al verle…
-Estaba nerviosa por
lo de Danka… - vuelvo a excusarme – hará unos… 8 o 9 años…
-Y qué paso para que
ahora lo veas y no le digas ni hola?
-Pues… - suspiro –
le eché de casa…
-No estábais en una
discoteca? – pregunta extrañado –
-Joder Jose… vinimos
a mi casa después de la discoteca… - me siento en el sofá – hay que
explicártelo todo…
-No, todo no… - pone
cara de asco – no quiero saber lo que hace mi hermana cuando liga…
-Dios… - me quejo –
-Os acostasteis?
-No – contesto
rápidamente – solo nos… enrollamos… - frunzo el ceño al darme cuenta de lo
absurdo de la frase a mi edad –
-Joder… - comienza a
reírse – hacía años que no escuchaba la palabra “enrollarse”.
-No sé por qué te
cuento nada… - intento levantarme del sofá, pero Jose me lo impide –
-Es broma hermanita…
perdón… - no quiero mirarle – oye… - se queda pensativo – eh, no me jodas… se
intento propasar contigo?
-Qué? – pongo cara
de sorpresa – propasar? Esa palabra si que hace años que no la escucho… - me
río sin querer – claro que no Jose… sabes que Álex no es de esos…
-Entonces? Por qué
le echaste? – sigue extrañado –
-Pues… - intento
encontrar la explicación razonable a todo eso, pero por más que busco, es
imposible – creo que me asusté… que… empecé a pensar que era como todos, que
iba a intentar aprovecharse de… de la situación…
-Y le echaste porque
desconfiaste de él… - asiento sintiéndome gilipollas – desconfiaste de tu mejor
amigo desde los 4 años… - alza las cejas – joder Malú…
-Que ya lo sé!! Que
fue una estupidez y me porté muy mal con él… y por eso…
-Y por eso hoy
estabas avergonzada… - termina la frase y bajo la cabeza seria – no hablaste
después con él?
-No
-Nunca más? –
pregunta extrañado –
-Nunca más… hasta
hoy…
-Nunca dejarás de
sorprenderme…
-No me eches la
bronca vale? Sé que estuvo mal y… - gruño de rabia – sabes que por esos años yo
era la desconfianza andante…
-Y la inseguridad, y
la timidez… y la…
-No hace falta que
te cebes vale? – alza los brazos en señal de disculpa –
-Solo eras rarita
hermana… pero has ido mejorando… ya casi eres como una persona…
-Idiota… - me saca
la lengua –
-Bueno y qué vas a
hacer?
-Qué voy a hacer de
qué? – Le miro extrañada –
-Como que de qué?
Tendrás que hablar con él, digo yo…
-Qué? – abro los
ojos de par en par – que va, que va… me muero de la vergüenza… mejor dejarlo
como está y ya…
-Eres la madurez en
persona… - pongo los ojos en blanco – pero cómo vas a dejarlo todo así? Érais
amigos…
-Dios, qué dramón… -
digo irónica – con la de veces que hemos jugado juntos al pilla pilla…
-Malú… - me mira
serio – recuerdo perfectamente cómo os llevabais Álex y tú… y recuerdo
perfectamente cómo lloraste cuando dejaste el instituto… y lloraste porque te
separabas de tu mejor amigo… - bajo la cabeza – así que no me vengas con que
Álex no era importante, porque sí lo era… y mucho…
-Que ya lo sé…
-No, que ya lo sé
no… - se pone todavía más serio – creo recordar que dijiste que ibas a
cuidarte… y a cuidar a las personas de tu alrededor… y dejarte de tanta
obsesión con el trabajo y todo lo que le rodea… - suspiro resignada – es una
oportunidad de oro para arreglar algo que se estropeó cuando no eras una
persona normal…
-Jose, me animas
tanto diciéndome que era subnormal…
-Ah, que no lo eras?
Pues lo disimulabas muy bien alejándote de la gente que te quería… - dice
irónico – ahora en serio, mamá se ha apuntado el teléfono… - me apunta con el
dedo – y he visto que tú no, así que mañana mismo se lo pides, le llamas, te
disculpas o se lo explicas, o lo que quieras hacer, y solucionas esto… - me
mira serio – recuerda que, encima, ha salvado a Danka… se lo debes…
No hay comentarios:
Publicar un comentario