1998.
-Estás bien hija? –
mi madre se vuelve en el coche hacia el asiento trasero –
-Sí mamá… - miento –
-Lo volverás a ver
cariño… - se recuesta en su asiento – ya lo verás…
No estoy convencida
de eso. Tengo la sensación que la despedida que acabo de vivir es para siempre.
El vértigo me recorre, empiezo una vida que no sé si soy capaz de llevar. Y la carita
que se le ha quedado a Álex… por un momento he pensado en que íbamos a besarnos
o algo así… como en las películas…
Mi mejor amigo desde
pequeña, mi confidente, mi mayor apoyo… todo eso tengo la sensación de que va a
desaparecer… y no va a volver nunca.
2010.
-Puedo pasar?
-Mamá… por favor… -
suplico desde la camilla – dejadme…
-Hija… - no me hace
caso y pasa dentro de la habitación cerrando la puerta – no te viene bien estar
sola…
Se hace un silencio
mientras mi madre se acerca a la camilla. No puedo más y vuelvo a romper a
llorar.
-Malú… - susurra mi
madre con voz apenada – no llores cariño…
-No ha sido él mamá…
- susurro sollozando – cómo va a haber hecho esto Álex?
-Claro que no
cariño… - dice comprensiva – Ya sabes como es Vero…
-Ya sabes como es? –
pregunto alzando el tono – Álex no me va a perdonar en la vida… - digo apenada
–
-No te preocupes,
hablaremos con él…
-Mamá, no va a
querer volver a verme… - me tapo la cara intentando no llorar –
Mi madre no dice nada, solo me abraza. Son esos abrazos de mi madre, apareciendo en el momento justo, de la manera exacta, los que me hacen calmarme un poco, en cualquier situación. Incluso en esta.
Suena mi teléfono.
Un número que no tengo guardado. Qué poco me gusta que esto pase.
-Si? – contesto
desganado –
-Eh… Álex? – escucho
una voz femenina al otro lado del teléfono. No me resulta familiar –
-Si, soy yo –
contesto de manera seca –
-Eh… verás… -
escucho la voz dubitativa de la mujer al teléfono – soy Vero
-Vero? – no tengo ni
idea de quién es – qué Vero?
-La amiga de Malú –
contesta dando un suspiro –
Hostia, espera. La
amiga de Malú llamándome? Esto es ya lo último.
-Vaya… me llamas
para acusarme de algún delito? – contesto irónico –
-Joder… - resopla al
otro lado del teléfono – llamaba para disculparme
-Ah… - esto si que
no me lo esperaba –
-Bueno… que… el otro
día me pasé un poco vale? – habla algo nerviosa – lo siento.
-Un poco? – pregunto
sorprendido – acusarme de intentar matar a una chica no es “pasarse un poco”… -
contesto de manera borde –
-Tú que pasa, que no
sabes aceptar una disculpa o qué? – contesta ofendida –
-Encima… - contesto
algo molesto – bueno, pues ya está… disculpas aceptadas.
-Disculpas
aceptadas? – pregunta sorprendida – y ya está?
-Quieres que te
aplauda? – contesto a la defensiva –
-Joder, este chaval
es imposible macho… - resopla – te he llamado yo porque no contestabas a Pepi…
-Ya… - es cierto que
lleva dos días llamándome… pero no quiero hablar con ella –
-Ella también te
llamaba para disculparse… - dice con cierto tono de arrepentimiento –
-Cómo está Malú? –
pregunto de repente… la verdad es que moría por hacerlo –
-Malú… - su voz
suena algo sorprendida – está bien, le han dado el alta y está en casa…
-Me alegro… -
contesto de manera sincera – bueno pues…
-Oye… - me
interrumpe – Malú pregunta mucho por ti… - alzo las cejas – está preocupada
pero, como comprenderás, no puede ir a buscarte porque no se puede mover… -
dice con cierto tono serio, como para hacerme sentir culpable – no le hemos
dado tu teléfono por si te molestaba… y… porque… - carraspea – como esto lo he
liado yo pues… yo lo tenía que aclarar…
-Pues ya está
aclarado – suelto de manera seca –
-Hijo de mi vida… -
suspira con aire desesperado – eres super agradable…
-Te repito que, si
quieres, te aplaudo… - contesto todavía en tono defensivo –
-Bueno mira – alza
la voz un poco – que, si lo consideras correcto, ya que mi amiga no se puede
mover y quiere verte, que te pases un día por aquí vale? Te mando la dirección
por whatsapp. – voy a hablar pero no me deja – hasta luego simpático.
Y me cuelga la muy
colgada de la vida. Joder qué paranoia de chica, la madre que la parió.
Analicemos la situación. Malú quiere verme, seguramente para disculparse por
todo esto, que, según dice su amiga, lo ha liado ella sola. Eso significa que
Malú no pensaba que yo podría estar implicado en su accidente? Bah… me da una
pereza tremenda todo este tema. Estos días he pensado mucho y he llegado a la
conclusión de que, si segundas partes nunca fueron buenas, terceras ya ni te
digo. Estaba convencido de no volver a intentar siquiera tener noticias de
Malú, aunque he estado tentado varias veces en llamar a Pepi o cogerle el
teléfono para saber cómo estaba. Pero es precisamente la conversación sobre el incidente
con la policía el otro día, lo que me daba pereza. Mi móvil vibra y veo el
número de Vero de nuevo. Es un whatsapp. Leo una dirección y un “chao
simpático” de lo más irónico, hasta me hace gracia. La foto de perfil de Vero
me sorprende. Aparece un piececito, de bebe quizás. Será madre? Joder, y eso
que más me da? Qué pereza.
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