1992.
-Corre! – grita
riéndose mientras corre detrás de mí –
-Como os pille algún
día os vais a enterar!! – escuchamos gritar a la señora –
Seguimos corriendo
hasta que damos la vuelta a una esquina.
-Jajajajaja! Estaba
en pijama! – grita sin parar de reírse –
-Y tu cara? Has
puesto esta – me imita con cara de susto –
-Algún día nos
pillarán y nos caerá una bronca – digo intentando ponerme serio –
-Y lo divertido que
es? – ríe a carcajadas – vamos a tocar a los de aquella calle – señala la calle
de enfrente –
-Vale – contesto
sonriendo –
2010.
Niego con la cabeza
al recordarlo y no puedo evitar sonreir. Malú era una niña que no se metía con
nadie… pero le encantaba hacer pillerías de ese tipo. Siempre estaba pensando
en cómo divertirse.
La verdad es que me encantaba jugar con ella de pequeño. La
de veces que su madre o la mía nos han echado la bronca por llegar tarde… y
todo porque nos quedábamos jugando sin mirar la hora. Suspiro. Qué tiempos
aquellos… ojalá pudiera volver a ser niño y no tener que preocuparme de nada,
nada más que de divertirme.
Suena mi teléfono.
Un número que no reconozco, una vez más. Me siento tan tentado a no cogerlo… no
me apetece hablar con nadie en este momento. Pero vuelvo a caer, vuelvo a
cogerlo, vuelvo a estar tenso por no saber quién es.
-Si. – contesto seco
–
-Eh… Álex? – la voz
me suena de nuevo a Vero, la amiga de Malú –
-Otra vez tú? No vas
a dejarme en paz? – contesto de manera totalmente borde –
-Eh… - de repente
noto que la voz no es la de Vero – soy Malú.
-Qué? – pregunto
sorprendido – ah… qué… qué pasa?
-No… perdona… -
habla atropelladamente – siento haberte molestado, no… no tenía que haberte
llamado.
-No Malú, espera! –
grito para que no cuelgue – perdona… - resoplo – pensaba que eras otra persona…
-No pasa nada… -
oigo un ligero suspiro – quería disculparme por lo de esta tarde… no hagas caso
a Vero… - carraspea – le cuesta mucho reconocer que se ha equivocado.
-Ah… no te
preocupes… - digo algo contrariado –
-Quizá le cuesta
igual que a mí… - dice sin más – sé que pensarás que estoy loca o algo así
pero… - trago saliva, de repente me siento nervioso – es que… sé que no me
porté nada bien contigo… y… aunque haga mucho tiempo…
-Malú, eso no tiene
importancia ahora… - me apresuro a contestar… me está dando un apuro tremendo
esta conversación –
-Déjame acabar
porfa… - dice con voz de niña – si no me disculpo en condiciones, no voy a
dejar de sentirme tan mal nunca… - suspira y yo espero paciente – estás ahí?
-Si si… estoy aquí…
-Pues eso que… que
me gustaría que hablásemos… que… - noto como no sabe muy bien qué decir – que
después de todo lo que has hecho por mí, lo mínimo por mi parte es alguna
explicación.
-No la necesito
Malú… - contesto algo cortado –
-Pero yo necesito
dártela… - se apresura a contestar – mañana creo que no habrá tanta gente en mi
casa… por qué no te vienes? – suspira – si no tienes nada que hacer claro…
-Eh… bueno… trabajo…
- contesto – pero solo trabajo por la mañana…
-Podemos quedar a
comer si quieres.
-Vale.
-Vale.
Noto como la
conversación se ha transformado en una conversación entre robots. Contesto
automáticamente, sin pensarlo. Es imposible negarme.
-Bueno… - acierta a
decir – mañana hablamos entonces.
-Si – contesto
todavía contrariado –
-Hasta mañana
-Hasta mañana –
contesto –
Perfecto. Cuelgo el
teléfono y siento que me acabo de meter en un lío. Un lío bastante importante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario