jueves, 22 de octubre de 2015

CAPÍTULO 35: No (2ªparte)

2005.

-Estoy muy nerviosa…

-Cálmate… - intento relajarme – hazte el test y salimos de dudas…

-Y si sale positivo? Qué hacemos? – dice con cara de pánico –

-Pues… - pongo cara de póker y muevo la cabeza – háztelo anda, no adelantemos acontecimientos.

-No podemos tener un hijo ahora Álex… dios! – se lleva las manos a la cabeza – que tengo 23 años!

-Marta, tranquilízate… - resoplo – todo va a ir bien…


2010.

-Cómo? – pregunto sorprendido – estás… estás segura? – digo estupefacto –

-Si estuviera segura no habría dicho creo – me responde borde, dejándome cortado – perdona… - me hace un gesto de disculpa – estoy muy nerviosa…

-Eh… - no sé muy bien qué decir – de cuánto se supone que…

-No lo sé… tengo… - traga saliva – tengo un retraso de unas dos semanas… agggg – gruñe desesperada – qué cojones, tengo un retraso mental…

No puedo evitar sonreír… aunque la situación no es que sea divertida ni mucho menos.

-Y… - carraspeo – quién… - me arrepiento de hacerle esa pregunta – nah, olvídalo…

-Es de Marcos… - responde mirándome con los ojos empañados en lágrimas – no suelo acostarme con varios a la vez… - dice algo molesta –

-No si… si yo no… - intento disculparme – no pretendía ofenderte… - digo cortado –

-Dios… qué… qué hago? – me mira con lágrimas en los ojos –

-A ver… - resopla y se tapa la cara – lo primero que tienes que hacer es confirmarlo… - digo intentando poner un poco de cordura –

-No puedo tener un hijo de ese animal… - dice desesperada – y qué va a pasar? Va a crecer sin padre? – comienza de nuevo a llorar –

-Malú, tranquilízate… - me siento más cerca de ella si cabe – escúchame… - paso un brazo por su espalda para intentar reconfortarla – no adelantes acontecimientos vale? No es seguro… y… a vosotras a veces os pasa… - digo intentando quitarle hierro al asunto – seguro que es un retraso por el estrés que has sufrido estas semanas…

-No me ha pasado nunca… - dice con voz de niña pequeña – no quiero esto… no… no quiero… - dice con voz entrecortada – esto no es lo que yo quería…

-Oye… - resoplo – mira – me levanto del sofá – voy yo mismo a comprarte un test a la farmacia – me mira sorprendida – no vas a estar con este sufrimiento más tiempo…

-Pero…

Intenta hablar pero no lo consigue. Solo se queda mirándome unos segundos, con una mirada que creo que es de agradecimiento, y después, vuelve a llorar.

-Todo va a salir bien vale? – digo agachándome a su altura – vengo en seguida…




Todavía creo que sigo en shock. Yo, en una farmacia, comprando un test de embarazo para Malú. Dónde cojones estará la cámara oculta? No es posible esto… La farmacéutica me mira compadeciéndose. De qué se compadece?

-Suerte – me dice sonriendo entregándome la bolsita –

Suerte? Suerte? A que le quemo la farmacia? Joder… es que… me jode tanto esta situación… me jode tanto por ella… tiene que estar muerta de miedo… lo estoy yo y no es mi hijo, o sea que imagínate ella. Pero tengo que serenarme antes de entrar en su casa. Tengo que quitar esta cara de pánico para no contagiarla más. Respira hondo Álex. Eso es… joder… sonrío sin poder evitarlo… me ha elegido a mí para contármelo… en cuestión de semanas hemos recuperado la relación que teníamos antes… o al menos algo de lo que fue. 

Al entrar en su casa, la cara sigue siendo la misma. Desencajada completamente. Intento tranquilizarla, pero me es casi imposible. Tras dudar unos segundos, seguramente, presa del pánico, comienza a actuar como si fuera una autómata. Muletas en mano, se encierra en el baño, con el predictor por supuesto, y yo espero fuera, como un pasmarote. No sé qué pensar… quizá tengo que pensar sobre esto luego, por la noche, con la almohada… donde suelo reflexionar las cosas importantes. O quizá necesito que llueva y volver a empaparme para pensar con claridad.

1 minuto. Solo ha tardado un minuto en salir con el gesto avergonzado, mirando al suelo, con el predictor en la mano.

-No soy capaz de mirarlo – dice con un hilo de voz –

-A ver… - lo cojo sin mirarlo – hay que esperar 3 minutos Malú… no es instantáneo… - aprieto la mandíbula al ver su cara de acojone – venga, vamos al sofá… estarás más cómoda.

Me hace caso sin rechistar, parece que no es capaz de tomar ni la decisión más sencilla. Se deja caer en el sofá, tirando las muletas al suelo en señal de la rabia que siente en este momento. No me gusta verla así, tan enfadada. Y lo peor no es que esté enfadada con alguien, está enfadada con ella misma… y esa es una de las peores sensaciones que un ser humano puede sentir.

Dejo el predictor sobre la mesa y Malú aparta la vista… parece no querer ni verlo. Suspiro un instante y cruzo los brazos, esperando los 3 minutos de rigor para ver qué desenlace tiene esto.

-Te has hecho uno alguna vez? – pregunta de repente –

-Malú, los hombres no nos quedamos preñados… - digo intentando bromear –

-Ya lo sé… - esboza una pequeña risa – digo que si se lo ha hecho alguien con quien tu…

-Marta… hace muchos años… teníamos… - me quedo pensativo – 23 me parece… y a Marta se le retrasó la regla unas 2 semanas…

-Y qué paso? – pregunta asustada –

-Que salió negativo y esa noche le vino la regla… - digo con cierto aire nostálgico –

-Jajaja – ríe tímidamente –

-Que es exactamente lo que te va a pasar a ti – digo con voz segura, aunque por dentro piense lo contrario – bueno… - miro mi reloj – ya han pasado de sobra los 3 minutos…

-Madre mía… - se deja caer en el sofá, tumbándose, tapándose la cara – no puedo… - dice con cierta congoja –

Ni corto ni perezoso, cojo el predictor, dispuesto a acabar con esto cuanto antes. Lo miro atentamente y respiro aliviado…

-Enhorabuena! – exclamo mientras me mira con cara de pánico - No estás embarazada… - digo con tono paternal –

-Qué? – se quita las manos de la cara mirándome sorprendida – Seguro?

-Hombre… esto tiene un 1% de error… pero es muy fiable…

-No puede ser… - lo cojo con cierto temblor en sus manos – Dios… - suelta un suspiro de alivio –

-Y esta noche… te bajará la regla… - digo sonriendo –

-Idiota… - me pega un manotazo sin dejar de mirar el predictor –

-Bueno… - sonrío tiernamente – pues ya que hemos conseguido quitarnos esto de la cabeza… - me levanto hacia mi mochila – venga, vamos a empezar las sesiones.

-Qué? – se le cambia la cara, ruborizándose – no… no puedo…

-Y ahora por qué no puedes? – Pregunto poniendo mis brazos en jarra –

-Porque… no estoy preparada… - frunce el ceño mirando al suelo –

-Malú, solo van a ser unos masajes y un poco de movimiento que yo voy a hacer… no tienes que hacer nada… - intento restarle importancia –

-Mejor mañana vale? – me mira con cara de niña buena – por favor… - junta sus manos como si fuera una niña vistiendo de angelito –


-Dios… - susurro frustrado esbozando media sonrisa – ahora recuerdo por qué tu madre no te echaba nunca la bronca… 

No hay comentarios:

Publicar un comentario