2005.
-Estoy muy nerviosa…
-Cálmate… - intento
relajarme – hazte el test y salimos de dudas…
-Y si sale positivo?
Qué hacemos? – dice con cara de pánico –
-Pues… - pongo cara
de póker y muevo la cabeza – háztelo anda, no adelantemos acontecimientos.
-No podemos tener un
hijo ahora Álex… dios! – se lleva las manos a la cabeza – que tengo 23 años!
-Marta, tranquilízate…
- resoplo – todo va a ir bien…
2010.
-Cómo? – pregunto
sorprendido – estás… estás segura? – digo estupefacto –
-Si estuviera segura
no habría dicho creo – me responde borde, dejándome cortado – perdona… - me
hace un gesto de disculpa – estoy muy nerviosa…
-Eh… - no sé muy
bien qué decir – de cuánto se supone que…
-No lo sé… tengo… -
traga saliva – tengo un retraso de unas dos semanas… agggg – gruñe desesperada
– qué cojones, tengo un retraso mental…
No puedo evitar
sonreír… aunque la situación no es que sea divertida ni mucho menos.
-Y… - carraspeo –
quién… - me arrepiento de hacerle esa pregunta – nah, olvídalo…
-Es de Marcos… -
responde mirándome con los ojos empañados en lágrimas – no suelo acostarme con
varios a la vez… - dice algo molesta –
-No si… si yo no… -
intento disculparme – no pretendía ofenderte… - digo cortado –
-Dios… qué… qué
hago? – me mira con lágrimas en los ojos –
-A ver… - resopla y
se tapa la cara – lo primero que tienes que hacer es confirmarlo… - digo
intentando poner un poco de cordura –
-No puedo tener un
hijo de ese animal… - dice desesperada – y qué va a pasar? Va a crecer sin
padre? – comienza de nuevo a llorar –
-Malú,
tranquilízate… - me siento más cerca de ella si cabe – escúchame… - paso un
brazo por su espalda para intentar reconfortarla – no adelantes acontecimientos
vale? No es seguro… y… a vosotras a veces os pasa… - digo intentando quitarle
hierro al asunto – seguro que es un retraso por el estrés que has sufrido estas
semanas…
-No me ha pasado nunca…
- dice con voz de niña pequeña – no quiero esto… no… no quiero… - dice con voz
entrecortada – esto no es lo que yo quería…
-Oye… - resoplo –
mira – me levanto del sofá – voy yo mismo a comprarte un test a la farmacia –
me mira sorprendida – no vas a estar con este sufrimiento más tiempo…
-Pero…
Intenta hablar pero
no lo consigue. Solo se queda mirándome unos segundos, con una mirada que creo
que es de agradecimiento, y después, vuelve a llorar.
-Todo va a salir
bien vale? – digo agachándome a su altura – vengo en seguida…
Todavía creo que
sigo en shock. Yo, en una farmacia, comprando un test de embarazo para Malú.
Dónde cojones estará la cámara oculta? No es posible esto… La farmacéutica me
mira compadeciéndose. De qué se compadece?
-Suerte – me dice
sonriendo entregándome la bolsita –
Suerte? Suerte? A
que le quemo la farmacia? Joder… es que… me jode tanto esta situación… me jode
tanto por ella… tiene que estar muerta de miedo… lo estoy yo y no es mi hijo, o
sea que imagínate ella. Pero tengo que serenarme antes de entrar en su casa.
Tengo que quitar esta cara de pánico para no contagiarla más. Respira hondo
Álex. Eso es… joder… sonrío sin poder evitarlo… me ha elegido a mí para
contármelo… en cuestión de semanas hemos recuperado la relación que teníamos
antes… o al menos algo de lo que fue.
Al entrar en su
casa, la cara sigue siendo la misma. Desencajada completamente. Intento
tranquilizarla, pero me es casi imposible. Tras dudar unos segundos,
seguramente, presa del pánico, comienza a actuar como si fuera una autómata.
Muletas en mano, se encierra en el baño, con el predictor por supuesto, y yo
espero fuera, como un pasmarote. No sé qué pensar… quizá tengo que pensar sobre
esto luego, por la noche, con la almohada… donde suelo reflexionar las cosas
importantes. O quizá necesito que llueva y volver a empaparme para pensar con claridad.
1 minuto. Solo ha
tardado un minuto en salir con el gesto avergonzado, mirando al suelo, con el
predictor en la mano.
-No soy capaz de
mirarlo – dice con un hilo de voz –
-A ver… - lo cojo
sin mirarlo – hay que esperar 3 minutos Malú… no es instantáneo… - aprieto la
mandíbula al ver su cara de acojone – venga, vamos al sofá… estarás más cómoda.
Me hace caso sin
rechistar, parece que no es capaz de tomar ni la decisión más sencilla. Se deja
caer en el sofá, tirando las muletas al suelo en señal de la rabia que siente
en este momento. No me gusta verla así, tan enfadada. Y lo peor no es que esté
enfadada con alguien, está enfadada con ella misma… y esa es una de las peores
sensaciones que un ser humano puede sentir.
Dejo el predictor
sobre la mesa y Malú aparta la vista… parece no querer ni verlo. Suspiro un
instante y cruzo los brazos, esperando los 3 minutos de rigor para ver qué
desenlace tiene esto.
-Te has hecho uno
alguna vez? – pregunta de repente –
-Malú, los hombres
no nos quedamos preñados… - digo intentando bromear –
-Ya lo sé… - esboza
una pequeña risa – digo que si se lo ha hecho alguien con quien tu…
-Marta… hace muchos
años… teníamos… - me quedo pensativo – 23 me parece… y a Marta se le retrasó la
regla unas 2 semanas…
-Y qué paso? –
pregunta asustada –
-Que salió negativo
y esa noche le vino la regla… - digo con cierto aire nostálgico –
-Jajaja – ríe
tímidamente –
-Que es exactamente
lo que te va a pasar a ti – digo con voz segura, aunque por dentro piense lo
contrario – bueno… - miro mi reloj – ya han pasado de sobra los 3 minutos…
-Madre mía… - se
deja caer en el sofá, tumbándose, tapándose la cara – no puedo… - dice con
cierta congoja –
Ni corto ni
perezoso, cojo el predictor, dispuesto a acabar con esto cuanto antes. Lo miro
atentamente y respiro aliviado…
-Enhorabuena! –
exclamo mientras me mira con cara de pánico - No estás embarazada… - digo con
tono paternal –
-Qué? – se quita las
manos de la cara mirándome sorprendida – Seguro?
-Hombre… esto tiene
un 1% de error… pero es muy fiable…
-No puede ser… - lo
cojo con cierto temblor en sus manos – Dios… - suelta un suspiro de alivio –
-Y esta noche… te
bajará la regla… - digo sonriendo –
-Idiota… - me pega
un manotazo sin dejar de mirar el predictor –
-Bueno… - sonrío
tiernamente – pues ya que hemos conseguido quitarnos esto de la cabeza… - me
levanto hacia mi mochila – venga, vamos a empezar las sesiones.
-Qué? – se le cambia
la cara, ruborizándose – no… no puedo…
-Y ahora por qué no
puedes? – Pregunto poniendo mis brazos en jarra –
-Porque… no estoy
preparada… - frunce el ceño mirando al suelo –
-Malú, solo van a
ser unos masajes y un poco de movimiento que yo voy a hacer… no tienes que
hacer nada… - intento restarle importancia –
-Mejor mañana vale?
– me mira con cara de niña buena – por favor… - junta sus manos como si fuera
una niña vistiendo de angelito –
-Dios… - susurro
frustrado esbozando media sonrisa – ahora recuerdo por qué tu madre no te
echaba nunca la bronca…
No hay comentarios:
Publicar un comentario