jueves, 22 de octubre de 2015

CAPÍTULO 34: No (1ª parte)

2004.

-No me gusta esa actitud que estás teniendo Malú

Noto la voz de Alejandro completamente fría, serio, pero yo soy más que todo eso. No me asusta, aunque sea él.

-Qué actitud? Debería preguntarte: “oooh, Álex? Mi compañero de clase de la infancia? Qué sorpresa! Qué importante!” – digo irónica –

-No sé qué te está pasando… - dice serio – pero, desde luego, no eres la Malú que yo conozco.

-Hazme un favor Ale… - digo con voz seria – no me vuelvas a nombrar a ese Álex en la vida. No me interesa. Es pasado. Punto. – sentencio –


2010.

No puede ser. Esto no puede estar pasando. Miro de nuevo el calendario… no sé cómo no me he dado cuenta antes. De pronto, como si de una nube negra se tratase, mi mente se oscurece. No puede pasarme esto a mí.

El timbre suena. Miro el reloj. Mierda, está aquí. Había olvidado por completo que hoy comenzaba mi rehabilitación.

-Hola Lula! – entra con alegría a mi casa – preparada para empezar? – mira mi pierna, ya libre de escayola – vaya! Si tienes piernas de humano y todo! – dice riéndose –

-Eh… - balbuceo mientras entra al salón y le sigo caminando con las muletas – Álex, es mejor que lo dejemos para otro día.

Me mira extrañado mientras se quita la mochila.

-Por qué? – pregunta – pasa algo?

-No – miento – no me encuentro bien, eso es todo.

-Te duele algo? – dice preocupado – pensaba que hoy, como te quitaban la escayola, podríamos…

-He dicho que no, vale? – digo alzando la voz –

Me mira atónito al escucharme gritar. Resoplo y miro al suelo. No me apetece hablar. No me apetece contar qué es lo que he descubierto hoy.

-Eh… - sigue mirándome extrañado – vale… no… no pasa nada… - dice cogiendo su mochila – me… me avisas tú cuando… - noto como tartamudea – cuando te encuentres mejor vale?

No le contesto. Solo le miro. Esa mirada ya la he visto antes. Cuando le eché aquella noche de casa. Una mirada de sorpresa absoluta, de no esperarse esto… de decepción. De repente, me siento tremendamente culpable. Noto como se queda quieto, observándome mientras me siento en el sofá. No puedo evitar llevarme las manos a la cara mientras apoyo mis codos en mis rodillas. Escucho los pasos, que, al principio, me parecen alejarse, pero luego noto como se acercan a mí.

-Malú… - le oigo suspirar frustrado - Necesitas algo? – le escucho decir con voz temerosa –

-Dios… - susurro enfadada conmigo misma – perdona… - digo sin mirarle – no tenía que haberte gritado…

-Eh… - balbucea – no… no te preocupes… - dice todavía con voz temerosa –

Se hace el silencio. No escucho que se vaya. Le intuyo ahí, plantado, observándome. Me da vergüenza contárselo. Es vergonzoso. Es algo que no tenía que haber pasado.

-Malú… - noto como se sienta en el sofá, a mi lado – te encuentras bien?

No puedo más. Rompo a llorar. Sin consuelo, sin aliento… sin final. No puedo imaginarme la que se me viene encima. No es justo, no puede pasarme esto ahora.

-Malú… - le escucho decir preocupado mientras pasa su brazo por mi espalda –

No digo nada. Necesito un abrazo. Sin mirarle, me pego a su cuerpo y me agarro a su cintura, posando mi cabeza en su pecho. No puedo parar de llorar. Me rodea con sus brazos sin decir nada, en silencio. Pasa su mano por mi pelo, intentando consolarme, pero no encuentro consuelo posible a este desastre.

-Oye… - dice con tono comprensivo – vamos… deja… deja de llorar Malú… - no contesto –

-No puede estar pasando esto… - digo mientras sigo llorando –

-Vamos… no me asustes… - dice sin dejar de abrazarme – sabes… que puedes contarme lo que quieras no?

-Dios… - exclamo con frustración mientras me aparto de él, volviendo a mi posición de antes –

Escucho como suspira preocupado… no debería contarle esto pero… Dios, es que no puedo contárselo a mi madre… ni a mi hermano… Vero está demasiado ocupada hoy con Valeria… y yo necesito salir de dudas hoy… necesito saber si lo que sospecho es cierto o no…

-Quieres que me vaya? – pregunta temeroso –

-No le cuentes esto a nadie por favor… - suplico intentando dejar de llorar –

-Sabes que no lo haré – responde seguro – qué es lo que pasa Lula?

Le miro sorprendida. Lula… así me llama la gente de mi entorno… y así me llamaba él de pequeña cuando quería mostrarme cariño. Vuelvo a bajar la cabeza.

-Joder… - echo mi pelo hacia atrás… tengo tanto calor en este momento – soy gilipollas, eso es lo que pasa… - noto como me mira atento – esta mañana me he dado cuenta de una cosa… aggg… - me quejo amargamente – por qué no me he dado cuenta antes?

Sigue en silencio. Vero siempre me dice que doy muchos rodeos a las cosas cuando quiero contarlas. Así que voy directa al grano.

-Creo que estoy embarazada.

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