2004.
-Antes de que se me
olvide… - Alejandro coge mi mano, intentando que no me vaya así -
-Ale, tengo prisa… -
digo cogiendo el bolso, dispuesta a irme después de la bronca que me acaba de
echar –
-Ayer vi a Álex en
mi concierto… - se queda expectante mirándome –
-Qué Álex? – digo
desganada –
-Álex… tu amigo… -
dice frunciendo el ceño – hacía tantos años… - sonríe de forma estúpida - le
pregunté si seguíais manteniendo el contacto y…
-Ale… - resoplo – no
estoy para tonterías…
-Pero… - se queda
sorprendido – Lula, si era tu mejor amigo…
-Tú lo has dicho… -
digo agarrando de nuevo mi bolso – era.
2010.
La verdad es que
esto se me está haciendo larguísimo… y me siento débil… muy débil… no puedo
apoyar el pie ni siquiera con las muletas. Las inyecciones que me pincho en la
barriga cada vez me dan más repelús. Más de un día he pensado en no ponérmela…
pero luego he leído por internet las consecuencias y no me apetece volver al
hospital. Esto va a ser más largo de lo que yo pensaba. Le dije a Álex que
viniera hoy para hablar de mi rehabilitación… él aún no lo sabe, pero he pensado
que podría ayudarme. Mejor alguien de confianza que un extraño que entre en mi
casa y no esté segura de lo que va a contar o no. Aunque he de reconocer que me
da muchísima vergüenza que me trate él. Seguro que tiene que hacerme masajes en
la pierna. Por dios, qué vergüenza… con la de pelos que tiene que haber ahí
cuando me quiten la escayola. Debo acordarme de depilarme justo después de que
me la quiten. Que no se te olvide Malú… que no se te olvide.
-Voy a abrir…
Vero está en casa.
No sé como va a ser el reencuentro con él después de lo que ocurrió. Cada vez
que recuerdo como, por arte de magia, salió de mi cocina y le quitó la pistola
a… Pfff… se me ponen los pelos de punta. Vero apenas me ha hablado de él estos
días. Creo que está avergonzada por cómo se comportó con él en un principio.
Más todavía después de lo que ha pasado. Pero Vero no es de las que le dura la
vergüenza eternamente… me da miedo a veces… no se calla una.
-Buenas… - Álex
entra en el salón sonriendo – vaya, y esta princesa? – se dirige a mi ahijada…
con una dulzura que, hasta ahora, no le había visto – me das un beso cariño? –
la niña le mira ensimismada hasta que le enseña una muñeca con la que está
jugando – ala! – exclama exageradamente – qué chulo! – la niña sonríe mientras
él se agacha – dame un beso anda – pone cara de pena y la niña le planta un
sonoro beso en la mejilla –
-Tú eres padre
verdad? – dice Vero extrañada por la mano que tiene con la niña –
-Si… - dice
levantándose. Le miro extrañada – tengo hijos por todo el mundo… como Julio
Iglesias…
Se me escapa una
risa breve. Es tan majo que hasta a Vero parece que le sorprende.
-Qué es eso que
querías contarme? – dice mirándome –
-Quiere que seas su
fisio – suelta Vero sin mirarme –
-Vero! – me quejo –
-Qué? Le ibas a dar
mil vueltas… - dice como si nada –
-Quieres que me
encargue de tu rehabilitación? – pregunta sorprendido –
-Bueno… - agacho la
cabeza un tanto tímida – he pensado que…
-No quiere meter en
casa a nadie extraño – vuelve a intervenir Vero mientras juega con su hija –
-Pero tú que eres
ahora, mi jefa de prensa? – digo indignada –
-Jajaja – Álex
suelta una breve carcajada –
-Si me pagas yo soy
hasta la chacha… - se alza de hombros –
-En fin… - pongo los
ojos en blanco – no quiero ponerte en un compromiso ni nada de eso… - digo
apurada – si estás ocupado…
-Hecho – contesta
cortándome –
-Eh… - me deja
cortada – en serio? Ya está? – pregunto sorprendida, no parece habérselo
pensado mucho -
-Claro… - sonríe –
pero soy de los que meten caña, te aviso…
-Uhhhh – Vero pone
un tono interesante – eso ha sonado mal
-No puedo con ella…
- digo poniendo dramáticamente mi mano sobre mi frente mientras Álex se ríe –
-Oye Álex, tu sabes
pinchar? – pregunta como si nada –
-Que se entiende por
pinchar? – pregunta sonriendo pícaramente –
-Me mola… - dice
Vero – me mola esa ironía… - se levanta y se dirige a la mesa – me refiero a
esto
Me tapo la cara
agotada. Le enseña una de las jeringuillas que tengo que pincharme en la
barriga si no quiero que, de estar sin apenas moverme, se me forme un trombo en
la pierna. Que ni siquiera sé lo que es un trombo, pero suena fatal.
-No te las estás
poniendo? – me mira sorprendido –
-Si lo estoy
haciendo – replico –
-Si, pero hoy dice
que pasa… - suelta Vero – y yo la quiero mucho, pero no puedo con las agujas…
-Cómo que pasas? –
se dirige a mí con cierto tono de reproche – sabes lo que puede pasarte si no
te las pones? – dice indignado –
-Por dios… qué
dramático todo… - replico restándole importancia –
-Esto ayuda a que la
sangre circule bien, sobre todo por tu pierna, que no la mueves… - coge la
jeringuilla – y si no circula bien, se te formara un trombo que, probablemente,
se te irá al pulmón y te impedirá respirar.
-Eh… - le miro
sorprendida ante la crudeza del dato que me ha dado –
-Suena muy agradable
eso que has dicho… - dice Vero –
-Te la pones? – me
la enseña –
-Que paso de
pincharme! – digo como una niña pequeña – me las pone mi madre, cuando venga se
lo diré…
-Esto se pone a la
misma hora todos los días… - dice mirándome –
-Que no pienso
pincharme en la barriga joder! – replico –
-Pues levántate la
camiseta… - dice agachándose a mi lado –
-Qué? – le miro
espantada – ni de coña…
-Solo un poco, te
pincho rápidamente y listo… - se da la vuelta y coge un algodón, lo impregna en
alcohol y me lo enseña – quieres que sea tu fisio?
-Chantaje a la
vista… - dice Vero sin mirarnos –
-Agg… - me quejo
mientras me subo sutilmente la camiseta – dios, es que tengo la barriga como si
me hubieran pegado una paliza… - me refiero a todos los morados que me han
salido por las inyecciones –
-Venga… - noto sus
manos en mi abdomen y como cogen cuidadosamente una parte de mi piel y siento
el pinchazo que me hace arquearme débilmente – ya está… mira qué dramón… - dice
irónico –
-Al final me vas a
caer bien y todo… - dice Vero sin mirarle –
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