CAPÍTULO 25: Deshazte de mí

2010.

-Suéltala por favor… - susurro muerta de miedo –

-Es una niña preciosa… - dice con voz de loco – no le pasará nada si haces lo que te digo…

Asiento casi conteniendo la respiración. Se acerca a mí y me empuja hacia el sofá.

-Suelta a mi hija! – grita Vero apareciendo en el salón –

-Schhhh – se lleva un dedo a la boca en señal de silencio – he dicho que si gritáis, la mataré… - señala a la niña empuñando la pistola – y sería una pena… tiene toda la vida por delante… verdad cariño? – se acerca a la niña que solloza sin moverse –

-Qué quieres? – digo sacando valentía de donde no la tengo –

-A ti – contesta – pero me lo pones muy difícil… - se pasea por el salón, con la niña en brazos, bajo la atenta mirada de Vero, que se coloca a mi lado, temblando de miedo, como yo – siempre estás acompañada de ésta… - señala a Vero – o de tu hermano… - mira las fotos del salón – o de tus padres… - sonríe irónicamente – o de ese… cómo se llama ese guardaespaldas que te has echado? – Ríe irónicamente – dónde está? – niega con la cabeza – vas a tener que despedirle… no hace bien su trabajo… - mira su pistola – quieres saber lo que quiero de ti?

Asiento tragando saliva sin dejar de mirar a la niña.

-Todo… - contesta con cara de loco – pensabas que podrías dejarme? Con todo lo que yo te he dado… - pongo cara de extrañeza – no pongas esa cara… yo te he dado mucho más de lo que nadie te va a dar… y tú me lo pagas echándome de casa por haber perdido a… - vuelve la vista hacia el jardín – vaya… está muy recuperada… - dice mirando a Danka, que ladra desde el jardín – sería una lástima si… - dirige su pistola hacia el cristal del jardín –

-No! – grito – para por favor! – digo intentando no llorar – haré lo que quieras…

-Vaya… - dice mirándome – eso era lo que quería oir… - se acerca a mí, con la pistola en una mano y la niña en la otra – vas a venirte conmigo… y si pones resistencia… - sonríe irónicamente – hace falta que te explique lo que pasará si pones resistencia? – me quedo paralizada mirándole – contesta! – grita de repente mirándome como un loco –

Niego con la cabeza. No puedo hablar. No puede estar pasando esto.