1998.
-Estoy muy asustada…
- no para de mover las manos –
-Respira hondo… -
contesto –
-Mira, no me cuentes
otra vez la historia esa de los 5 segundos – dice desesperada, haciéndome reir
– has visto toda la gente que hay ahí afuera?
-Si… y están
deseando verte… - digo sonriendo – así que sonríe y canta como sabes… lo vas a
hacer muy bien… - agarro su cara cuidadosamente entre mis manos y dejo un beso
en su frente – te veo fuera eh? – le señalo con el dedo mientras camino de
vuelta –
2010.
-Como puedes
acordarte de eso? – se tapa la cara, avergonzada –
-Joder! Si fue un
acontecimiento total! – me río – tú, en Sevilla, ante miles de personas… y yo
en el público, con mis padres, diciendo: “es mi amiga!”
-Jajajajajaja –
estalla en una carcajada – idiota… - sonríe – todavía me acuerdo cuando
escuchaste el disco antes de que saliera…
-Yo también me
acuerdo… - río – en tu casa, con tus padres, tu hermano, Alejandro Sanz y tu
abuela… y tu abuela diciendo todo el rato “ay mi niña, cómo canta…”
-Jajajajaja! –
vuelve a reírse – ya ves… estabas allí… - niega con la cabeza – qué canción era
la que te gustaba mucho?
-Aparte de aprendiz?
– digo riéndome – donde quiera que estés – digo seguro –
-Esa! – exclama
dando una palmada – qué fuerte… - se tumba en el césped – cada vez que la
cantaba, me acordaba de ti… - pone una cara rara nada más decir eso… como si lo
hubiera dicho sin pensar –
-Ah si? – digo
sonriendo – la voy a tener que volver a escuchar…
-Cuando no esté
delante, por favor… - me suplica con desgana – qué voz de cría tenía ahí…
-Es que eras una
cría… - digo comprensivo – joder… se está agustito aquí eh? – me tumbo a su
lado, en el césped – con el chaparrón que cayó ayer…
-Qué tal tus padres?
– pregunta interesada, mirando al cielo –
-Bien… - contesto –
siguen igual… con más canas y arrugas…
-Se hacen mayores
eh? – asiento – y tus hermanos? Antonio, el mayor?
-Vive en Cádiz… se
quedó allí… - me mira con un ojo guiñado por el sol – las gaditanas, que tiran
mucho… - se ríe tímidamente – mi hermana… - resoplo – si la vieras, no la conoces…
- sonrío – tiene 20 tacos…
-Joder… - exclama –
cómo pasa el tiempo… - se acomoda en el césped – y tus abuelos?
-Allí arriba –
señalo con la cabeza al cielo sonriendo amargamente - Mi abuela María murió
hace un año…
-Jo… - se muestra
apenada – lo siento mucho…
-Cuando estudié en
Cádiz, viví con ella… los 3 años… - sonrío melancólico – fue genial… -
carraspeo intentando contener la emoción – y los tuyos?
-Allí arriba
también… - contesta – supongo que es ley de vida…
-Eso parece… -
contesto apenado – sabes? Te acuerdas de Toni, el de clase?
-Antoñito? –
pregunta sorprendida – claro que me acuerdo… nos tiraba los trastos a todas
cada vez que podía…
-Jajajajajaja – me
río sin querer – vive aquí cerca… - me mira alzando una ceja – te organizo una
cita con él? – digo de broma –
-Ni de coña… - me
apunta con el dedo –
-Le tiraba los
trastos a todo lo que se movía… - río – en Cádiz era una locura…
-En Cádiz? – me mira
sorprendida – vivió allí?
-Si… estudiamos
juntos… - digo mirando al cielo –
-Vaya… - dice algo
sorprendida – vives solo? – dice mirándome –
-No… - contesto
sonriendo – vivo con Rex… - pone los ojos en blanco –
-No me refería a
eso… - dice algo tímida –
-No vivo con nadie…
- sonrío sin mirarla - soltero y sin hijos… más solo que la una… - noto como me
mira – hace unos meses dejé a mi novia… - alzo las manos – bueno, si eso podía
llamarse novia claro… - la miro y me mira con las cejas alzadas – podía colgar
todos los abrigos del corte inglés en mi cabeza…
-Jajajajajaja – ríe
un segundo pero deja de hacerlo cuando la miro – perdona… no me reía de ti… me
ha hecho gracia la comparación…
-La verdad es que
tiene gracia… - digo riéndome – me quité un peso de encima que ni te lo
imaginas…
-Si… si me lo
imagino… - dice dejando entrever que también ella ha sido un perchero en toda
regla – y haces algo más aparte de trabajar? – le miro extrañado – me refiero
a… si haces deporte… o algo así…
-Si… - me río – sigo
jugando al fútbol… - suspiro – en un equipo de tercera, de aquí de Madrid…
vamos los primeros… - me mira sonriendo – este fin de semana jugamos en casa…
pero toda esta semana no he entrenado, así que no creo que juegue…
-Te gustaba mucho… -
dice como recordando -
-Si… - la miro – y
tú, haces deporte?
-Siempre he sido muy
patosa, me imagino que te acuerdas… - confiesa, haciéndome sonreir – a veces
salgo a correr, pero soy muy perezosa… - suspira – la verdad es que me cuido
poco…
-Si eres perezosa,
lo mejor es un gimnasio en casa… - me mira – yo lo tengo… también soy perezoso…
-Pero tú entrenas…
-En tercera no se
entrena como en primera Malú… - sonrío – todos trabajamos en otra cosa, algunos
tienen hijos… es complicado.
-Qué? Disfrutando
del solecito?
La voz de su madre
irrumpe en el jardín. No he escuchado la puerta de su casa, quizá porque estaba
demasiado concentrado en la conversación que estábamos teniendo. Ha sido como
ponernos al día rápidamente. Y, sinceramente, me ha encantado. Ahora siento que
estoy más en paz conmigo mismo… como si hubiera cerrado alguna herida extraña,
que no dolía, pero me impedía seguir adelante. Y si, yo tenía razón. Sigue
siendo la misma persona.
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